Quiero
contarles del I'Ching porque los libros, los buenos libros, tienen la
característica de generar un Efecto Dominó. Uno lo lee y se lo
apropia, y lo comparte, y este lo lee, y lo aprehende, y lo presta o
lo comenta...
El
I'Ching es un libro milenario que comienza como un sistema de
adivinación. Está basado en tres principios: "El Tao", el
principio del orden que rige la unidad del universo y "El
Yin y el Yang", lo negro y lo blanco, el mal y el bien, lo firme
y lo blando. Es oriental y en su desarrollo ha participado Confucio.
Llega a occidente en 1880 en alguna traducción inglesa y francesa, y
recién en 1924 de la mano de R. Wilhelm (quien viaja a china, lo
estudia y lo traduce) se hace más popular. En español se publica
en 1976 por primera vez, por estos motivos, para nosotros es un libro
del que sabemos poco.
Para
mí es un elemento fundamental de la cultura oriental, más que un
oráculo que se usa para satisfacer la curiosidad o paliar la
ansiedad frente al futuro, es una poderosa herramienta de
autoconocimiento, que con total sencillez muestra una verdad profunda
y enseña como trasciende a los cambios de la vida el hombre noble
que se ocupa de sí mismo y de esa forma se ocupa del mundo.
El
I'Ching es geometría, es matemática y a la vez es adivinación. Sus
hexagramas nacen del desdoblamiento de triagramas y su evolución
natural que crea en los cambios.
El
I'Ching me da la posibilidad de llevar a la práctica filosofía
oriental en el mundo occidental.
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